La consulta anticorrupción es una consulta popular. “Un mecanismo de participación ciudadana mediante el cual se convoca al pueblo para que decida acerca de algún aspecto de vital importancia. La consulta popular puede ser tanto nacional como departamental, municipal, distrital o local.”
Así las cosas es evidente que esta no ha sido la única consulta popular que se ha promovido; basta recordar el referendo durante Uribe, el plebiscito con Santos, las consultas contra la mega minería, entre otras. Lo cierto es que lo que convenga a los poderosos es lo que decretarán así las consultas no sean aprobadas por el pueblo. En el caso de la consulta anticorrupción, seguramente si el pueblo decide sí a las siete preguntas propuestas, las gestiones para que esas decisiones sean ley y para su ejecución serán lentas, nulas u opacadas por ollas podridas como las que frecuentemente se destapan durante uno u otro gobierno; así el pueblo se quedará esperando que los mismos corruptos sean quienes aprueben leyes en su contra, asunto poco probable si se considera que en este Estado los más asiduos luchadores contra la corrupción (como el zar) están detenidos por corruptos.
Además de ello se fija la esperanza en que si el congreso no hace y aprueba las leyes al respecto, lo deberá hacer el presidente, cuando ya su jefe Uribe planteó que apoyarán la propuesta hecha por el mismo Duque, cuando es evidente que su apoyo es de dientes para afuera y por cumplir formalmente con un compromiso adquirido en elecciones y cuando el congreso es mayoritariamente del Centro Democrático, es decir de Uribe.
Entonces imagínense lo que se propone: confiar en que este gobierno en cabeza de Duque podrá aprobar algo contra la corrupción; una vaga ilusión máxime cuando cambiaron así como así los requisitos para elegir Contralor, con el fin de favorecer José Félix Lafaurie y, al verse descubiertos ahí sí acataron la decisión del Congreso.
Hay que ver también que este Estado acomoda bien sus cartas, para esta consulta por ejemplo, deberán participar ese día más de 12’231.314 de ciudadanos, la tercera parte del censo electoral. Además, cada punto tendrá que obtener como mínimo 6’130.000 votos por el sí… Lo cierto es que si en verdad quisieran acabar con la corrupción no habría ni que hacer consulta, se aplicarían leyes existentes, se impondría un decreto salarial así como imponen el salario mínimo, o las reformas que nos afectan a todos, ¡pero no! ellos se protegen entre sí, y no van a hacer nada que los agreda. Es más, en esta consulta SÍ se tiene en cuenta la abstención como posición política, con tribuna garantizada y todo, pero cuando se trata de elegir gobernantes, esa posición resulta ser muy “antidemocrática” y por eso es señalada y coartada en los medios.
Ahora bien hablan las múltiples causas de la corrupción, por ejemplo el salario de los congresistas, donde con gran desfachatez hablan de nivelar por lo “bajo” con 25 salarios mínimos, pero ¿acaso el Estado puede rendir cuentas y decir que van a hacer con esa plata que supuestamente se va a ahorrar? ¿por qué no vinculan esa propuestas de una vez con un incremento de salarios para los trabajadores?, ¡No! en cambio sí va cogiendo fuerza la propuesta de regionalizar el salario, por un lado nos distraen con que estos desgraciados van a ganar menos y por el otro esconden que los obreros también ganarán mucho menos que el miserable salario mínimo.
Ese cuento de la rebaja de salario para los congresistas no es más que un gancho para atrapar incautos, para poder hacer eso hay que reformar la constitución ¡usan la indignación del pueblo que ve a esos parásitos durmiendo y ganando millones para llevarlos a votar algo que no va a suceder!
Otro punto habla por ejemplo de que los corruptos paguen con cárcel y no se vuelva a contratar nunca con el Estado ¿? Pero si la secretaria de Educación del distrito contrató nuevamente con los concesionarios de alimento escolar que cobran cada pechuga de pollo a $40.000, y de premio la nombraron ¡Ministra! y para no ir tan lejos, ¿ha pasado algo con el caso Reficar? Vale la pena recordar que el caso que habría cargado un mayor detrimento a las cuentas públicas es el de la modernización de Reficar, en Cartagena, una obra que terminó costando más de 8.000 millones de dólares y que habría presentado una pérdida de 2.400 millones de dólares, según las investigaciones del ente.
Y ¿qué decir respecto a Hidroituango? ¡Un proyecto que desplazó, desvió el río y por poco causa una tragedia sin límites mediada por la dudosa construcción de los túneles y baja calidad de materiales! ¿Será que el Estado no volverá a contratar con EPM? Es poco probable que eso pase, como también lo es que todos los corruptos vayan a parar a las oscuras cárceles colombianas.
Esta consulta fue una tramoya en época de elecciones, y finalmente tendrá que pasar nuevamente por el congreso. ¡Sí! allá donde fueron hundidos cuatro proyectos de ley contra la corrupción presentados por las principales impulsoras de esta consulta. Ahí se evidencia entonces quién da realmente las órdenes; aquí efectivamente son los ricos del país, que a través del poder del Estado convierten en leyes sus deseos. Para eso tienen sus representantes en el poder político, a través de ellos hacen cuanta tramoya sea necesaria para garantizar sus negocios, sus contratos millonarios, etc. Es un Estado de los ricos, corrupto en todo su ser, por ello acabar con la corrupción requeriría acabar con el mismo Estado.
¿Es esto posible? claro que sí
Pero conseguir ese nuevo tipo de Estado no es tarea fácil, no puede hacerse pacíficamente, pues los ricos tampoco preservan el poder pacíficamente. Además requiere de unidad, organización y lucha del pueblo rebelde en las calles, asunto en el cual toca trabajar mucho; pero tengan la seguridad que ese es el camino, no lo que proponen muchos reformistas y demócratas burgueses, que quieren humanizar, embellecer con propuestas como esta consulta el pestilente Estado de los ricachones ¡No! ese camino no le conviene al pueblo, porque es dejar que la sociedad siga intacta, funcionando con unos llenos de riqueza, y con poder político y otros desposeídos y sin participación real en los asuntos del Estado.
Se necesita otro Estado. Esa es la forma de acabar con la corrupción, sin consultas, sin mentiras, sin tapujos, ¡No hay de otra!
Ese nuevo Estado propone una administración simple, no a favor de los intereses de un pequeño grupo, sino que supla realmente las necesidades de la mayoría del pueblo… Una administración sin la excesiva burocracia propia de este Estado, vueltas aquí y allá, tramites interminables, inaccesibilidad a cuestiones propias de la administración del Estado, como si fuera un asunto de grandes hombres, grandes pensadores. Un nuevo Estado dirigido por los obreros en asocio con los campesinos, es un Estado sencillo, con dirigentes removibles y elegibles en cualquier momento, estrictamente vigilados por las organizaciones del pueblo, con salarios igual al de cualquier obrero. Los dirigentes serán promovidos por las mismas organizaciones del pueblo, sin elecciones costosas, esa es la forma donde verdaderamente podrá acabarse con la vagabundería que se vive en el Estado colombiano, pues tiene órganos de poder costosísimos y no le sirven para nada al pueblo.
La corrupción no solo es cuestión de dinero…cuesta vidas; entonces, si quieren hacer la vuelta de la consulta, háganla, pero que ello no implique desviar la lucha del pueblo rebelde por sus reivindicaciones que siguen al orden del día: Paro nacional indefinido, que encierra: lucha contra reformas, contra el terror impuesto por el mismo Estado, por alza general de salarios, por mejores condiciones de salud y educación, etc. Ese paro es un paso firme a la organización y lucha del pueblo rebelde contra sus enemigos, que son de clase, y a quienes deberá derrocarse para construir ese Estado en el que la corrupción no tiene cabida.
