Ni miedo ni sumisión. Paro Nacional Indefinido
Durante su intervención en la Cumbre Concordia Américas el pasado 17 de julio, Guillermo Botero, designado como Ministro de Defensa de Iván Duque, sentenció: “En el ámbito social, respetamos la protesta social, pero también creemos que debe ser una protesta ordenada que verdaderamente represente los intereses de todos los colombianos y no solo de un pequeño grupo”.
Una frase monstruosa en momentos en que una nueva oleada de terror, con amenazas y asesinato sistemático de líderes sociales y activistas de derechos humanos, tiene en las calles protestando a miles de trabajadores del campo y la ciudad; una sentencia pronunciada por un burgués que odia al pueblo y que la prensa oficial trató de suavizar diciendo que esa necesidad de regular la protesta social ya está contemplada por cuanto la Corte Constitucional rechazó ese articulado del Código de Policía aprobado durante el mandato de Santos, dándole al Congreso hasta el año entrante para hacer una Ley Estatutaria al respecto.
Así tratan de presentar una macabra pretensión como un problema legal, pero este no es un problema de orden jurídico sino de una decisión política de los ricos en su intención de aplastar con la fuerza la rebeldía del pueblo.
No es casual que las declaraciones del nuevo ministro de defensa correspondan a la orientación emitida por el Consejo Gremial Nacional el año pasado en su Agenda Empresarial 2018-2022 y que expresamente plantea:
“Las vías de hecho no se pueden legitimar como mecanismo de protesta. Situaciones como el paro agrario de 2013, el paro de transportadores en 2016 o el paro de Buenaventura este año, evidencian cómo el accionar de un reducido grupo de personas afecta el bienestar de gran parte de la población.
Y en una demostración de cómo el Gobierno de los ricos solo sirve a los intereses de los explotadores, es el propio presidente de Fenalco, uno de los sectores más influyentes en el Consejo Gremial, quien ejecutará la orden ya impartida: ¡prohibir la protesta social!
Pero ¡sueñan esos ricachones, pues su intensión macabra no pasará! Porque el Pueblo Rebelde no se deja intimidar; por el contrario, cada nueva medida de la tiranía de los monopolios encontrará la justa respuesta de los trabajadores que ya lo han perdido todo hasta el miedo y sí tienen en cambio todo por ganar.
Que sepan de una vez los de arriba: ¡No podrán prohibir la protesta social! porque su orden de explotación y opresión es injusto y solo puede generar la rebelión del pueblo:
Rebelión porque todo lo contrario a lo dicho por el Ministro, el gobierno que pretende aplastar la protesta popular representa los intereses de un pequeño grupo de oligarcas en contra de la inmensa mayoría de los colombianos.
Rebelión justa contra el terrorismo de Estado y el asesinato de los líderes sociales y activistas de derechos humanos.
Rebelión necesaria contra las nuevas reformas pensional, laboral y tributaria que buscan aumentar las ganancias de los ricos y empeorar las condiciones de los trabajadores.
Rebelión obligatoria contra la intención de culminar la entrega de la salud, la educación y las empresas estatales a los grandes monopolios privados.
Rebelión merecida contra el despojo y la burla a los desplazados cuyos dirigentes, reclamantes de tierras, han sido el blanco principal de las balas militares y paramilitares en los últimos meses.
Rebelión legítima porque cuando la injusticia se hace ley, ¡es justo rebelarse!
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