Centenares de miles de Dalits, llamados despectivamente “intocables” en la India, irrumpieron nuevamente en la escena de la lucha este 2 de abril.
Los dalits, por interés de los ricos explotadores en ese país, han sido condenados a realizar las tareas más degradantes como la recolección manual de heces humanas.
Los despreciados, ignorados, silenciados y oprimidos por siglos han roto la mordaza que los considera menos que animales y les restituye a los miembros de las castas dominantes el derecho a golpearlos.
El fallo del Tribunal Supremo levantando las sanciones contra los abusos a los dalits, se presenta ocho meses después de ser nombrado como presidente de la India Ram Nath Kovind proveniente de la casta dalit. Asunto que deja en claro la maniobra de las clases dominantes al poner un títere y payaso que, como dijera Bezwada Wilson, el principal activista en la India contra la recogida manual de heces: “Kovind nunca alzó la voz cuando sucedían en el país atrocidades contra los dalits. Nació dalit, pero nunca nos ha representado.”
La rebeldía de los dalits apoyados por las tribus también discriminadas es justa. Son justas las manifestaciones que estallaron desde el 30 de marzo sobre todo en los Estados septentrionales de Bihar y Uttar Pradesh, los occidentales de Rajastán y Punyab y el central de Madhya Pradesh. En algunas se presentaron enfrentamientos violentos con las fuerzas represivas así como disturbios y daño de establecimientos comerciales.
Los medios reportan por lo menos 20 muertos y centenares de heridos. Fue decretado el toque de queda en varios Estados y movilizados miles de efectivos de las fuerzas policiales y militares para sofocar el levantamiento.
Pueblo Rebelde denuncia al retardatario régimen indio y llama al pueblo trabajador en Colombia a brindar su solidaridad con la causa de los Dalits y el pueblo de la India que lucha por su liberación.
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