martes, 30 de enero de 2018

Video Balance 2017 y Perspectivas del 2018

En este video, compartimos un Balance del 2017 y las Perspectivas del 2018. Esperamos sus comentarios y que lo compartan con sus amigos y conocidos.

lunes, 29 de enero de 2018

Sintracarbón Vota la Huelga

Saludamos esta decisión de los obreros de Sintracarbon Sindicato Nacional  de trabajadores de la Industria del Carbon y llamamos al movimiento obrero y al pueblo rebelde a prestar toda su solidaridad y a unir todos los conflictos obreros y populares en uno solo. Esta es la mejor arma contra el capital y el Estado de los ricachones.
¡Guardia, guardia! ¡FUERZA, FUERZA! Así se despiden a los héroes del pueblo, aunque esto no sea transmitido por los grandes medios de comunicación de los ricos. La muerte de Eleazar Tequia a manos de este Estado terrorista, como las de otros miles, no quedarán impunes, ¡el pueblo rebelde las vengará con la Revolución!

Dolor ante el asesinato del indígena Eleazar Tequia


El profundo dolor de los compañeros del guardia indígena Eleazar Tequia, asesinado por el Ejército, lo siente todo el Pueblo Rebelde como propio. Esta no es paz para el pueblo, ¡es terrorismo de Estado!

¡A organizarse para conquistar un mejor salario!


Amigos de Pueblo Rebelde ¿Ustedes cómo hacen para rendir el miserable salario mínimo que ayudaron a concertar los jefes de las centrales sindicales con el gobierno asesino de Santos y los parásitos empresarios? ¡Comparte!

sábado, 20 de enero de 2018

Aclaraciones Necesarias Sobre cómo se establece el Salario Mínimo

¿Por qué la negociación del salario mínimo cada año entre el gobierno, los gremios económicos de los patrones y los jefes de las centrales sindicales es una farsa?

Cada año se sientan a discutir teniendo como parámetros lo que ordena la Ley (Según la Constitución Política y la Ley 278 de 1996: La Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, establecida en el artículo 56 de la Constitución Política, tiene la función de: Fijar de manera concertada el salario mínimo de carácter general, teniendo en cuenta que se debe garantizar una calidad de vida digna para el trabajador y su familia...): la meta de inflación fijada por el Banco de la República para el año siguiente, la productividad, la contribución de los salarios al Producto Interno Bruto  PIB y el índice de precios al consumidor  IPC. Es decir, nada que ver con las necesidades de los trabajadores y sus familias sino con los negocios de los capitalistas.

Esto quiere decir que aun cuando los representantes de los trabajadores sean defensores honrados de sus intereses y no vendeobreros como lo son las camarillas dirigentes de las centrales sindicales, JAMÁS saldrá de la tal negociación un alza real de los salarios. Este es el primer engaño de la farsa.

Pero el segundo engaño consiste en la bellaquería de los jefes de las centrales sindicales por cuanto en lugar de llamar a la movilización, al paro y a la huelga, cumplen bien el papel de agentes de los capitalistas, presentando protestas y cuando más retirándose de la mesa y tratando de aparecer como defensores de los trabajadores sabiendo que el gobierno fijará el salario mínimo por decreto según lo establece el inciso 2º del artículo 8 de la Ley 278 de 1996: “Cuando definitivamente no se logre el consenso en la fijación del salario mínimo, para el año inmediatamente siguiente, a más tardar el treinta (30) de diciembre de cada año, el Gobierno lo determinará teniendo en cuenta como parámetros la meta de inflación del siguiente año fijada por la Junta del Banco de la República y la productividad acordada por el Comité Tripartito de Productividad que coordina el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (hoy Ministerio del Trabajo); además, la contribución de los salarios al ingreso nacional, el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) y el Índice de Precios al Consumidor (IPC)”.

Es decir, circo, burla y engaño para los trabajadores a conciencia de que jamás en la farsa de cada año se logrará un alza real de los salarios. En eso consiste el papel de los jefes patronales: engañar a los trabajadores y disuadirlos de luchar.
Esta es la razón por la cual el poder adquisitivo del salario es cada vez menor a pesar del aumento de cada año; como cínicamente reconoce el traidor Julio Roberto Gómez de la CGT, al declarar que el salario mínimo debía estar en al menos un millón seiscientos mil pesos para garantizar la calidad de vida digna de los trabajadores.

Pero además la inflación, la productividad y demás mentiras de los capitalistas no tienen nada que ver con el salario. Pues el salario es una relación social donde los trabajadores venden su capacidad física y mental (fuerza de trabajo) a los capitalistas durante una jornada (tiempo de trabajo) a cambio de un pago. En el transcurso de la jornada los trabajadores recuperan no solo lo que los capitalistas les entregan como salario sino además, obtienen un remanente o ganancia que se embolsillan sin trabajar. Ese es el secreto de la explotación capitalista.

Ahora bien, el valor de la fuerza de trabajo está determinada como se determina el valor de todas las mercancías: por el tiempo de trabajo que gasta la sociedad en su conjunto para producirla (tiempo socialmente necesario). Esto es, lo que necesita la familia del trabajador para producir, desarrollar, mantener y perpetuar la fuerza de trabajo: alimentación, vivienda, vestido, crianza y educación de los futuros trabajadores…
Por consiguiente del salario sale, no solo la cantidad de dinero que recibe el trabajador cada semana, quincena o mes, sino también lo que sale para pagar salud, pensión, transporte, subsidio familiar, Sena, educación, etc. Por consiguiente el aumento de la contribución directa de los trabajadores en esos rublos constituye una rebaja del salario, como también lo es la rebaja de las mesadas pensionales y el aumento de la edad de jubilación. La pensión no es un regalo de los capitalistas, sino salario acumulado por los trabajadores pero entregado a los fondos de pensiones (capital financiero) para agrandar sus ya abultadas ganancias, y devuelto al trabajador en pequeñas cuotas mensuales mientras muere.

En las condiciones de Colombia, el salario no alcanza para el sostenimiento del trabajador y su familia como sucede en los países imperialistas y por eso cada vez más miembros de la familia se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para garantizar su subsistencia o tienen que someterse a trabajar horas extras o a redondear el salario con las ventas ambulantes. A esto se agrega que la parte de los trabajadores asalariados (la clase obrera activa) debe sostener a los desempleados (ejército de reserva), sufragar los gastos de la burocracia estatal ladrona y corrupta pagando impuestos directos e indirectos, y de remate sostener al creciente número de personas que son desechadas por la sociedad (delincuentes, mendigos, habitantes de la calle); por todo esto se dice que las condiciones de los trabajadores en Colombia no son solamente de explotación sino de superexplotación.

Esta situación se presenta, porque en esa relación social entre trabajadores asalariados y capitalistas holgazanes intervienen no solo las condiciones que impone la oferta y la demanda (si hay mayor oferta rebajan los precios de las mercancías y si existe mayor demanda suben, a la que no escapa el salario); donde el ejército de desempleados proporcionado en Colombia en los últimos años por los miles de despidos de las empresas, los millones de desplazados y la inmigración de alrededor de 300 mil trabajadores venezolanos, toda esa masa de fuerza de trabajo que los capitalistas no utilizan a pesar de que son la fuente de sus ganancias, presiona la rebaja general de los salarios; a lo que se agrega la división de los trabajadores patrocinada por los capitalistas y los jefes de las centrales sindicales que les sirven, dividiendo a los trabajadores en tres centrales sindicales patronales y en miles de sindicatos sin fuerza que no alcanzan a cobijar el 4 por ciento de los asalariados, promoviendo la conciliación, la concertación y la mentira de la paz social, mientras los capitalistas amparados por el Estado y sus instituciones, restringen la libertad de organización y el ejercicio de la huelga, persiguen las organizaciones obreras, penalizan su lucha, encarcelan y en ocasiones asesinan a los dirigentes honestos.

La razón por la cual el salario no alcanza y se mantiene la superexplotación de los asalariados no obedece a las mentiras que esgrimen cada año los explotadores, sino al nivel de unidad, organización y lucha de los  trabajadores. En otras palabras, si los trabajadores luchan unidos y organizados aumentan los salarios y disminuye la ganancia de los capitalistas como se demuestra en cada huelga, pero si no lo hacen, los capitalistas cada vez más aumentarán la explotación hasta llegar a obtener trabajo gratis, como sucede en algunas maquiladoras donde existen períodos de inducción de hasta un mes en que los trabajadores no reciben salario y el personal es cambiado permanentemente.

Para frenar la avaricia de los capitalistas y mejorar las condiciones de existencia de los trabajadores es necesario conquistar un ALZA GENERAL DE LOS SALARIOS y ello solo puede conseguirse con la lucha general de los asalariados, con la movilización general en las calles y con el paro nacional indefinido, forma de lucha conocida en el movimiento obrero como Huelga Política de Masas.

No es cierto que el alza de salarios genera inflación. La inflación consiste en el aumento de los precios de las mercancías y simplemente indica la pérdida del poder adquisitivo del dinero. De hecho, cada año aumentan los precios de las mercancías sin que el salario aumente en igual proporción.

Los economistas burgueses argumentan que el alza general de salarios produce inflación, porque consideran errónea e interesadamente que los precios de las mercancías se regulan o determinan por los salarios, pero esto es una fantasía y una mentira. Los precios de las mercancías son la expresión en dinero del tiempo de trabajo invertido en su producción. Incluso en ramas de la producción donde los salarios son más altos las mercancías son más baratas como es el caso de Ecopetrol y El Cerrejón si se comparan con las extractoras de oro y de carbón en socavones donde los salarios son miserables.

Argumentan además que el mayor ingreso de los salarios aumentaría la demanda de productos de primera necesidad y dispararía los precios de estas mercancías, pero esto tampoco es verdad. Un alza general de los salarios les permitiría a los trabajadores acceder a las mercancías a las que no tiene acceso y de las cuales, sobre todo en estas épocas de crisis, las grandes bodegas se encuentran atiborradas. Por el contrario, el alza general de los salarios dinamizaría el movimiento general de las mercancías y de todo el capital facilitando su reinversión sin afectar la economía de conjunto. Lo que sí haría el alza general de los salarios sería disminuir la cuota de ganancia de todos los capitalistas, es decir la proporción entre el capital desembolsado en salarios y el total de la ganancia.

Otra de las trilladas mentiras de los defensores de la esclavitud asalariada es que el alza de salarios desestimula la inversión. Todo lo contrario,  no solo por lo dicho arriba en el sentido de que el alza de salarios dinamizaría el movimiento del capital en su conjunto, es decir de la economía del país, sino que sería uno de los mejores estímulos para que los capitales se reinvirtieran en la producción de mercancías y se abrieran nuevas industrias no solo para satisfacer la demanda de mercancías antes negadas a los trabajadores, sino para aumentar la masa o volumen de la ganancia de los capitalistas, compensando así la cuota perdida con el aumento de los salarios.

Por tanto tampoco es cierto que el alza de salarios reduce la productividad. La productividad no está determinada por el salario sino por la forma como se produce (la maquinaria y herramientas usadas  la técnica, el trabajo calificado o no, por la cercanía o no de las materias primas, por la velocidad del transporte de las mercancías) y es estimulada por la competencia entre los distintos capitalistas. Y en lugar de frenarla, el alza general de los salarios estimularía esa competencia obligando a los capitalistas a innovar, a tecnificar aún más los procesos y a producir más cantidad en menor tiempo, aunque ello lleve también reducir el valor de todas las mercancías.

Este hecho no es más que la expresión de la ley general de que el valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo invertido en ella y de que la cantidad de trabajo invertido depende enteramente de la fuerza productiva del trabajo empleado, variando por tanto al variar la productividad del trabajo.
Otra gran falsedad, es que el alza de salarios agrava la crisis económica y genera más desempleo. Algunos de los mismos burgueses ilustrados como Keynes plantearon desde mediados de los años 30, que en las crisis económicas solamente podían aumentarse el empleo y el ingreso total incrementando los gastos y la inversión; y demostraron que si en época de crisis de suben los salarios y se aumentan los puestos de trabajo, los capitalistas tienen la posibilidad de realizar las mercancías estancadas y acelerar el proceso de circulación del capital consiguiendo reinvertirlo y con ello aumentar el número trabajadores en activo. Demostraron además que si el Estado interviene en la regulación de la economía e invierte directamente contribuye a dinamizar la economía y paliar la crisis.

De hecho, los subsidios al desempleo (hasta hace poco mantenidos en los países imperialistas), los fondos de vivienda para obreros, los fondos para la salud y la educación públicas (que son salario también aun cuando no aparezcan como tal), sirvieron para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores en todo el mundo sin convertirse en amenaza de la ganancia de los capitalistas y mucho menos en causantes de las crisis que son ocasionadas no por el alza de los salarios sino por la contradicción entre la producción cada vez más social y la apropiación cada vez más privada de lo producido y por la anarquía de la producción capitalista.

En resumen, el alza general de los salarios se reduce a la fuerza que tengan los capitalistas para impedirla o a la fuerza que adquieran los trabajadores para conquistarla; es decir, a la lucha de clases y no a la concertación o conciliación; a la lucha sin tregua y a la guerra de clases y no a la mentirosa paz social, de ahí que los trabajadores solo pueden confiar en la fuerza que se deriva de su unidad, de su organización y de su lucha.

¡Por alza general de salarios a las calles y al paro nacional indefinido!

viernes, 19 de enero de 2018

Balance del 2017 y Perspectivas del 2018


2017 fue un año turbulento, en el plano internacional, continuó la preparación de una nueva guerra por parte de las potencias imperialistas Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Alemania; de ello fuimos testigos con la creciente escalada armamentista y ensayos nucleares por parte de todos ellos y sus lugartenientes en los países oprimidos como India, Irán, Korea, con disputa por territorios y zonas de influencia en todo el mundo, así como la agresión a los pueblos, especialmente en el Medio Oriente.

A estos hechos dramáticos se sumó la progresiva destrucción de la naturaleza, producto la voracidad de los monopolios que amenazan con acabar la vida misma en el planeta; vimos huracanes, tormentas, terremotos y maremotos, devastación de territorios, sequías e inundaciones... fenómenos que no son exclusivamente naturales, sino también consecuencia de la terrible catástrofe que causa el sistema capitalista y que exigen frenar radicalmente la destrucción de la naturaleza.

Además de esto, observamos un ahondamiento de la crisis social mundial destacando la polarización general de la sociedad con una mayor concentración de la riqueza en unos cuantos magnates y grupos monopolistas, mientras se concentró aún más el hambre y la miseria de lado de los trabajadores; millones de inmigrantes se desplazaron por el mundo huyendo de las guerras y la miseria; a la vez que creció la agresión y las vejaciones contra las mujeres y los niños, víctimas principales de la putrefacción social ocasionada por el sistema descompuesto.

Estos hechos no son anuncio del apocalipsis ni del fin del mundo como anuncian algunas sectas religiosas; no obedecen a la conspiración de los illuminati como pregonan otras, ni significa la hecatombe como concluyen algunos intelectuales que solo miran la oscuridad y no ven el futuro… ¡Nada de eso!, todos estos acontecimientos son manifestaciones de la profunda crisis de un sistema agonizante y decadente que ya nada bueno tiene que ofrecer a la humanidad, por eso no puede ser reformado como proponen todos los politiqueros y reformadores, pues significa prolongar su agonía y los sufrimientos de la sociedad y la naturaleza. Es un sistema que definitivamente debe ser derribado con la fuerzas de las clases trabajadoras y los pueblos del mundo para construir un nuevo sistema económico, social y político basado en la cooperación y la solidaridad internacional de los pueblos, bajo la dirección de los propios trabajadores.

Y es que a pesar y a la par de los terribles sufrimientos a que son sometidos los trabajadores, las fuerzas de la revolución fueron evidentes con huelgas y levantamientos en todos los países, resistencia armada de los pueblos agredidos y guerras populares que advierten el surgimiento de la nueva sociedad como demuestran los obreros y campesinos en la India.

No por casualidad, en todos los países se agitaron las banderas de la revolución mundial el 1º de Mayo donde los trabajadores de todo el mundo se hicieron escuchar; tampoco fue casual que los obreros alrededor del mundo celebraran el Centenario de la Revolución de Octubre en Rusia, aprendiendo de sus valiosas enseñanzas, donde la lección más importante es la posibilidad cierta y real de que los de abajo (la gente sencilla del pueblo) pueden y están llamados a dirigir la sociedad.

En lo que respecta a Colombia el 2017 no escapó a la turbulencia que sacude al mundo. A pesar del sonado acuerdo de paz entre el gobierno y los jefes guerrilleros de las Farc y la visita del Papa… esa paz pactada por los de arriba no ha detenido la guerra contra los pobres; por ejemplo la restitución de tierras y la reparación de las víctimas anunciadas con gran alborozo, significó en el 2017 el asesinato de cientos de reclamantes de tierras que en cifras de El Tiempo hasta finales de diciembre sumaban 105, cuyos móviles fueron calificados cínicamente por el ministro de defensa como líos de faldas, a la par que fueron legalizadas las tierras a favor de los usurpadores beneficiarios de la guerra, entre los que se cuentan los grupos Santodomingo, Ardila Lulle, Sarmiento Angulo, el Grupo Empresarial Antioqueño – GEA y varios monopolios imperialistas.
Así mismo,  el progreso y la prosperidad prometidos con el postconflicto solo cobijan a las familias que encabezan los grupos monopólicos y se apoderan de todo cuanto produce el pueblo colombiano, cuyas condiciones de vida y existencia son cada vez más precarias: desempleo y despidos masivos, salarios de hambre, tercerización laboral, alza en los servicios públicos y aumento de los impuestos, crisis de la salud y la educación, aumento de la delincuencia y la indigencia, hambre y sed en medio de la riqueza y la abundancia en regiones como La Guajira y el Chocó…

Fue también noticia cotidiana la corrupción que carcome el Estado, como una de las manifestaciones de la podredumbre general de la sociedad dirigida por los capitalistas, de la cual no escapan ni la presidencia, ni las altas cortes y llega hasta los funcionarios de más bajo rango como dejaron en claro los escándalos de Odebrech, Reficar, Interbolsa… por mencionar solo unos cuantos.

En medio de esta turbulencia, vimos que se agudizó la criminalización a toda forma de protesta y rebeldía popular, con el envío de las tropas de la Policía, el Esmad y el Ejército a aplastar con la fuerza las justas manifestaciones del pueblo que no se resigna, no se rinde ni se vende. Mientras se le da trato militar y se criminaliza la justa rebeldía del pueblo, y se persigue encarcela y asesina a sus dirigentes, son absueltos los grandes criminales de cuello blanco y la burocracia estatal ladrona y corrupta al servicio de los monopolios.

Así, éste valeroso e indomable pueblo persiste en el camino de la lucha como lo demostraron los paros generales en Chocó y Buenaventura, la movilización permanente de las comunidades indígenas en el Cauca en defensa y recuperación de sus tierras, la resistencia de los campesinos cocaleros a quienes prometieron la sustitución de sus cultivos y enviaron el ejército a destruirlos; la lucha de los trabajadores especialmente los tercerizados en sus manifestaciones, bloqueos y mítines contra las terribles condiciones de superexplotación; como lo hicieron los pilotos de Avianca en su valerosa huelga…

Todas estas son la muestra vívida del pueblo rebelde que en el 2017, no se rindió ni se vendió muy a pesar de los cantos a la paz y a la conciliación con sus enemigos, y enfrentando los feroces ataques de las fuerzas represivas del Estado y los grupos paramilitares ahora llamados Bandas Criminales que siguen actuando con patrocinio de las fuerzas oficiales y continúan siendo financiados por los grupos monopólicos.

El 2017 terminó con nuevos gestos de indignación y rebeldía frente al despropósito de la rebaja real del salario mínimo. Indignación frente a la traición abierta de los falsos representantes de los trabajadores de las centrales sindicales y frente al gobierno representante de los explotadores.

Todo indica que el 2018 será de nuevos y más grandes conflictos como anuncian los primeros días del año: recrudecimiento de los enfrentamientos en el Medio Oriente; huelgas obreras en Alemania y otros países; ejecución de un capitalista desalmado en China a manos de sus trabajadores, entre otros sucesos.

Apenas iniciando ya hemos observado enfrentamientos de los indígenas del Cauca con fuerzas del ejército y la policía, levantamiento en el Urabá antioqueño contra los nuevos peajes, convocatorias a preparar el Paro Nacional Indefinido por aumento real de los salarios de los trabajadores... en fin, la lucha de clases más aguda en Colombia en medio de una nueva farsa electoral donde los poderosos decidirán quienes aplastarán al pueblo desde el parlamento y el gobierno, a través del programa de gobierno llamado Agenda Empresarial.

Pueblo Rebelde saluda la lucha de los obreros y los pueblos del mundo porque solo ella puede impedir una nueva guerra mundial promovida por las potencias imperialistas, porque solo ella podrá sacar la sociedad  del peligro a que la han llevado los capitalistas y garantizar la continuidad de la vida en el planeta…

Saluda la lucha de los trabajadores colombianos y la iniciativa de los revolucionarios que se proponen preparar y organizar el Paro nacional Indefinido por las reivindicaciones más sentidas del pueblo laborioso.

A la oscuridad que ofrece el capitalismo imperialista el Pueblo Rebelde puede forjar la luz de un mundo nuevo.

jueves, 18 de enero de 2018

¡A LAS CALLES POR AUMENTO DE SALARIOS YA!


Ya se pronunciaron los monopolios económicos, dueños de la industria, la banca y las grandes extensiones de tierra frente a la rebaja del salario mínimo para este año. El gobierno de los oligarcas le puso su firma. Los jefes de las centrales sindicales, hicieron su parte también: participaron en la mesa de concertación salarial, unos firmaron, otros se retiraron dejando constancia de su inconformidad, pero al final son puros “pataleos de ahogado”, pues ya el mal estaba hecho, fueron cómplices en la aprobación de la rebaja del salario mínimo para millones de trabajadores.
¿Y el pueblo cuándo se va a pronunciar? ¡Ya es hora de salir a las calles a exigir un aumento de salarios por medio de la lucha directa! Las redes sociales como nueva forma de comunicación son importantísimas para mostrar el descontento general del pueblo, para conectar a los activistas que se encuentran a cientos de kilómetros de distancia, para intercambiar ideas sobre cómo avanzar en la lucha, para denunciar a los dueños del capital y al Estado que se encuentra al servicio de los grandes monopolios… ¡pero no son suficientes!
¡Es hora de salir a las calles a protestar! La negociación del salario mínimo es una gran farsa donde los patronos y el Estado ya tienen todo acordado, y a la cual asisten los jefes de las centrales sindicales a cotorrear para darle una careta democrática a la decisión final que ya tienen acordada por debajo de la mesa entre los ricos de este país y los representantes del poder político hoy en cabeza de Juan Manuel Santos.
¡Es hora de darles una lección a los ricos de este país! Son ellos los que se embolsillan jugosas ganancias a manos llenas, a costa de la superexplotación del pueblo, representada en largas y duras jornadas de trabajo, en el robo de los pagos de horas extras y recargos nocturnos y dominicales, en la tercerización laboral por medio de agencias negreras de trabajo o por medio del contratismo sindical, en la efectividad a la hora de despedir a los trabajadores y la demora exagerada en el pago de las liquidaciones… ¡es hora de protestar ante esta situación! ¡Ellos son un puñado de multimillonarios porque viven a costa del trabajo de millones de hombres y mujeres en condiciones miserables!
¡Es hora de enfrentar a Santos y al Estado! Mientras dialoga en lujosos hoteles y restaurantes con los dueños del capital, mientras parlotea con los jefes de los grupos guerrilleros en el exterior brindándoles todas las garantías para que puedan hasta pasear en yates… para el gobierno de la guerra contra el pueblo, la solución a los problemas de los pobres es más bala, garrote, gases, asesinato de los líderes del pueblo, mentiras con la restitución de tierras y la reparación a las víctimas del pueblo, incumplimiento de los acuerdos que hace con diferentes sectores que han paralizado la producción. ¡Esa paz no es para el pueblo, pues ni siquiera garantiza un ingreso mensual que cubra las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias!
¡Es hora de demostrarles a los jefes de las centrales que el salario se conquista en las calles luchando, no en las mesas charlando! A los enemigos del pueblo, los ricos y su Estado, poco o nada les afectan las declaraciones de los jefes de las centrales. Poco o nada les interesa si después de concertado el salario mínimo, algunos  jefes vendeobreros sacan una o cien declaraciones de descontento. De nada sirve que después de haber tomado tinto del más caro con los enemigos del pueblo, mientras acordaban la migaja salarial de este año, ahora posen de “revolucionarios” e “inconformes” con el “aumento”: el pueblo y las bases obreras cada vez les creen menos y entienden que están amarrados a los partidos politiqueros y que por lo tanto tienen que hacer esa obra teatral para ganar votos en las próximas contiendas electoreras que se avecinan. Señores jefes de las centrales sindicales, ¡el pueblo va a comprender que el salario se lucha y se gana en las calles y que lo que ustedes hacen es ayudar al Estado y a los ricos de este país a intensificar la superexplotación y la opresión sobre el pueblo trabajador! ¡Es en las calles y no en las urnas electoreras que el pueblo conquista sus derechos!
El pueblo rebelde debe salir a las calles de todo el país a manifestar su descontento con esta nueva rebaja salarial. El salario mínimo no alcanza para cubrir las necesidades básicas de las familias trabajadoras, eso todo el mundo lo sabe. La indignación crece en lo más profundo del pueblo y hay que pasar del comentario entre compañeros de trabajo, de la publicación en las redes sociales a la lucha directa en las calles, a la preparación del gran paro nacional de la producción, porque eso es lo que verdaderamente le duele a los dueños del capital. Apoyamos cada manifestación de rebeldía del pueblo contra el incremento en las tarifas del Soat, de los servicios públicos, del transporte, de los útiles escolares, de las pensiones y matrículas en los colegios y universidades… y apoyamos las acciones de lucha en contra de la rebaja del salario mínimo que hicieron en contubernio los ricos del país, el Estado en cabeza del gobierno y los jefes de las centrales sindicales.
Llamamos a las organizaciones consecuentes con la lucha de los trabajadores, a preparar y a generalizar manifestaciones en todo el país el próximo 9 de febrero, las cuales deben ser masivas en cada ciudad, vamos a llenar las principales plazas con la presencia de los trabajadores y sus familias, de los pensionados, los estudiantes, maestros, recicladores, transportadores, discapacitados, desempleados, víctimas del pueblo… ¡es hora de mostrar el descontento del pueblo en las calles! El pueblo debe construir otra sociedad en la que sus necesidades básicas sean garantizadas, porque es el pueblo con su trabajo el que la sostiene… ¡y si los ricachones no trabajan, pues que no coman!
Por aumento de salarios y por las reivindicaciones inmediatas del pueblo, ¡todos a las calles el próximo 9 de febrero!

Pueblo Rebelde ¡Ni se Rinde, Ni se Vende!


Bienvenidos al blog del portal digital Pueblo Rebelde, un órgano independiente, popular y revolucionario. En Facebook nos pueden encontrar como @PuebloRebelde Independiente, porque este portal no es financiado por ningún empresario o banquero; no recibe recursos ni del Estado ni de ninguna ONG; la información que circula en él es tomada de los aportes que el pueblo hace a diario en las redes sociales, entrevistas o publicaciones propias, o incluso, noticias tomadas de los medios de comunicación de los ricos pero con nuestra crítica, punto de vista y orientación. Popular, porque es un medio de comunicación del pueblo, en el cual tienen tribuna los problemas, necesidades y denuncias de los obreros, campesinos, artistas y estudiantes del pueblo, de los pequeños propietarios, recicladores y vendedores ambulantes. Popular porque no hay periodistas profesionales, pero son bienvenidos los intelectuales que quieran aportar con su conocimiento para mejorar día a día esta herramienta de comunicación del pueblo. Popular porque promovemos la solidaridad de clase, haciendo propias las luchas y denuncias públicas del pueblo. Revolucionario, porque denunciamos al Estado de los ricos, al capitalismo imperialista que vive a costa de la superexplotación de la clase obrera; a costa de la depredación de la naturaleza; de la opresión a la mujer, y a los pueblos y naciones oprimidas; denunciamos al capitalismo que promueve el racismo y el odio entre los obreros de diferentes países. Revolucionario porque Pueblo Rebelde se propone contribuir a la construcción del Partido de la Clase Obrera necesario para dirigir la lucha por la transformación radical de la sociedad; busca ayudar a forjar la alianza obrero campesina, fuerza principal de la revolución, donde el nuevo Estado de obreros y campesinos reemplazará el viejo Estado de los explotadores para garantizar la construcción del socialismo.Revolucionario porque promovemos el Internacionalismo Proletario con los obreros y campesinos de todo el mundo, dándole tribuna a sus denuncias y luchas contra los representantes de sus respectivos Estados de dictadura. Esta página es una tribuna abierta a todas las denuncias, aspiraciones y objetivos inmediatos y futuros del pueblo trabajador. Por eso aspira a convertirse en la expresión del Pueblo Rebelde que ni se rinde ni se vende y a diario lucha por salir de su condición de bestia de carga de los arriba.Esperamos sus aportes, los cuales nos los pueden hacer llegar por este medio para ser difundidos ampliamente por las redes sociales. Inviten a sus contactos a seguir este grupo y compartan el contenido que desde acá se genera. Estamos convencidos de que esta es una poderosa arma en las manos de los obreros y campesinos para combatir al capital y para luchar por transformar radicalmente la sociedad en favor de las amplias masas. Estamos convencidos de que el Pueblo Rebelde, ¡Ni se Rinde, ni se Vende!

Mensaje de despedida

Gracias a todos nuestros seguidores por su apoyo. Desde mañana sumamos esfuerzos con los compañeros de Revolución Obrera (@mlm_red) Visiten ...