El pueblo rebelde no vota. Y es que como ya lo habíamos mencionado en nuestro programa Rebeldes al Aire, aunque el candidato que quede como presidente sea el mas "humano" y tenga las mejores intenciones para la gente, nunca podrá cumplir con su lindo programa de gobierno. Como por ejemplo Gustavo Petro quien en su programa promete el paraíso, pero en realidad debe cumplir con los puntos establecidos y pactados meses atrás por los empresarios y el Estado. Sin embargo, con su demagogia de humanidad, Petro sigue intentando mantener al pueblo adormecido para que no luche. Según este candidato “En la Colombia Humana de Petro cesará la violencia y la persecución contra la protesta social, los defensores de derechos humanos, las y los líderes sociales y a libertad de expresión”, pero en la Agenda Empresarial (próximo programa de gobierno que debe cumplir cualquiera que quede) claramente condenan la protesta arguyendo que “Las vías de hecho no se pueden legitimar como mecanismo de protesta. Situaciones como el paro agrario del 2013, el paro de trasportadores del 2016 o el paro de Buenaventura este año, evidencian como el accionar de un reducido grupo de personas afecta el bienestar de gran parte de la población.”.
¿No es acaso demagogia que según Petro “El gobierno de la Colombia Humana no buscará empobrecer a los ricos, sino enriquecer a los pobres”, cuando NUNCA se ha referido a mejorar las condiciones de los trabajadores, tales como salarios, formas de contratación, jornada laboral, etc.? Además, esconde que los ricos nunca se empobrecen, que por el contrario descargan su crisis económica sobre la espalda de los pobres a través de reformas tributarias (aumento de los impuestos), de reformas pensionales y despidos masivos, por mencionar solo algunas medidas.
También pretende su programa que “La educación liberará a las y los jóvenes del yugo de la violencia y del odio, del miedo y de la pobreza. Podrán educarse en lo que deseen y no en lo que el mercado les imponga.”, si claramente el análisis que realizan los empresarios es que la oferta de la educación no se corresponde con la demanda laboral. Lo que no dice Petro en su programa de campaña es que la educación está al servicio de la producción y que los únicos que pueden estudiar lo que les dé la gana son los ricos.
Así podemos quedarnos nombrando como cumplirán los candidatos con su programa, el caso es que el Estado tiene un carácter de clase y se rige por los intereses de esa clase, la de los de arriba, la de los que explotan, la de los dueños ¡son ellos los que mandan y Petro lo sabe! Así que sobra la palabrería para seguir endulzando el oído del pueblo rebelde, porque al fin y al cabo tarde o temprano Petro pelará el cobre, como lo hizo con los discapacitados en la plaza de Bolívar o con los luchadores solidarios con los campesinos en el Paro de 2013, a quienes con toda la humanidad les dio garrote y gas; definitivamente ni el Estado ni los politiqueros ¡sólo el pueblo salva al pueblo!
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